Los alquileres turísticos ¿es una buena opción para mi vivienda?

alquiler piso para turístas

En la administración de vivienda, el alquiler es una de las fórmulas más explotada por tres vías diferentes: la residencia habitual, residencia temporal y el uso turístico. Cada modalidad es diferente y está sujeta a distintas leyes y trato fiscal. El alquiler como residencia habitual ofrece una rentabilidad del 4,6% según el Banco de España, un dato muy superior a la mayoría de productos financieros existentes en la actualidad, pero las otras opciones tampoco son malas y es necesario conocerlas bien.

En los últimos años, han aparecido otras fórmulas atractivas para los propietarios, sobre todo en ciudades como Madrid y Barcelona como son el alquiler temporal y el turístico. Esta última ha irrumpido con fuerza por la interesante fuente de ingresos que proporciona y la buena acogida del público.

Dependiendo del tipo de vivienda, su ubicación o el tipo de rentabilidad que busque el propietario (si busca alta rentabilidad a corto y medio plazo o un beneficio sostenible en el tiempo), se puede optar por un tipo de alquiler u otro. Lo más recomendable es ponerse en manos de un profesional para que asesore convenientemente al cliente sobre la legislación al respecto y los pros y contras de cada modalidad.

Alquileres turísticos

En el caso de las viviendas turísticas, por ejemplo, hay una normativa que limita el plazo mínimo de alquiler en cinco días. Una medida que no ha gustado demasiado y que puede ser perjudicial para los propietarios ya que no pueden alquilar para estancias de fin de semana y supone, según muchos expertos, un guiño al sector hotelero para que no pierdan su cuota de mercado.

La elevada rentabilidad es la gran ventaja de este contrato que oscila entre el 5% y el 30%, aunque según los especialistas, la regulación poco sólida y la limitación de cinco días para alquilar son aspectos que echan para atrás a muchos propietarios. Además, es un régimen que aporte beneficios altos pero con riesgo, ya que siempre hay meses que no se logra alquilar el inmueble. Los profesionales recomiendan optar por un modelo híbrido de alquiler turístico durante tres meses al año y alquiler temporal el resto.

Otro aspecto negativo del alquiler turístico son los elevados impuestos que se pagan y la fiscalidad. Ni el propietario ni el inquilino se benefician de incentivos fiscales y los propietarios tienen que tributar sobre los ingresos obtenidos (un 21% de IRPF y un 10% de IVA) porque se considera que es una actividad empresarial. Además, el propietario debe darse de alta como autónomo o constituirse como persona jurídica.

Con estos datos, los propietarios deben tomar una decisión importante a la hora de alquilar su vivienda. Si deciden el alquiler turístico pueden obtener muchos beneficios, pero solo le saldrá rentable si consigue alquilar su vivienda continuamente, algo que está al alcance de muy pocos.